Se
pueden configurar las cámaras de red y los codificadores y acceder a ellos de
forma remota, lo que permite a diferentes usuarios autorizados visualizar vídeo
en vivo y grabado en cualquier momento y desde prácticamente cualquier
ubicación en red del mundo.
Esto
resulta ventajoso si los usuarios quisieran que otra empresa, como por ejemplo
una empresa de seguridad, tuviera también acceso al vídeo. En un sistema CCTV
analógico tradicional, los usuarios necesitarían encontrarse en una ubicación
de supervisión in situ para ver y gestionar vídeo, y el acceso al vídeo desde
fuera del centro no sería posible sin un equipo como un codificador de vídeo o
un grabador de vídeo digital (DVR) de red. Un DVR es el sustituto digital de la
grabadora de cintas de vídeo.
Autenticación mediante
nombre de usuario y contraseña
La autenticación mediante nombre de usuario y contraseña es el
método más básico para proteger los datos en una red IP. Este método debería
ser suficiente en escenarios que no requieran niveles de seguridad elevados o
en los que la red de vídeo esté separada de la red principal y los usuarios no
autorizados no puedan acceder físicamente a ella. Las contraseñas se pueden
cifrar o descifrar cuando se envían. La primera opción es la más segura.
Los productos de vídeo en red le pueden proporcionar varios
niveles de protección por contraseña, en concreto, tres: administrador (acceso
completo a todas las funcionalidades), operador (acceso a todas las
funcionalidades excepto a las páginas de configuración y visualizador (acceso
sólo al vídeo en directo).
Filtro de
direcciones IP
Los productos de vídeo en red proporcionan
un filtro de direcciones IP, que concede o deniega los derechos de acceso a las direcciones definidas. Una de las configuraciones habituales de las cámaras de red es la de permitir que únicamente la dirección IP del servidor que hospeda el software de gestión de vídeo pueda acceder a los productos de vídeo en red.